Bases de Manresa, las bases del catalanismo político contemporáneo.
La acción más decidida y ya claramente política, en términos de recuperación efectiva del poder político perdido con la abolición de la Generalidad por Felipe V, fue la Asamblea constitutiva de la Unió Catalanista en 1892, la cual formuló las “Bases para la Constitución regional catalana” o “Bases de Manresa”: en ellas se reclamaban las Cortes Catalanas, un órgano de poder ejecutivo autónomo, el restablecimiento de la Audiencia de Cataluña como órgano de poder judicial, el orden público y la enseñanza bajo control autóctono, así como la oficialidad del catalán como única lengua propia del país. El principio básico inspirador de las bases es que “Cataluña será soberana de su gobierno interior”.
En el umbral del siglo XX el catalanismo político enlaza con un importante renacimiento cultural, artístico y literario. Cataluña salía de una etapa de crisis y postración. Gracias a la revolución industrial y al dinamismo de su sociedad, ya muy vinculada a Europa, se convertía en el motor económico de la península.
El catalanismo alcanzó una primera vertebración unitaria en 1906 con la constitución de Solidaritat Catalana, movimiento autonomista en el que participaban la Lliga Regionalista, la Unió Republicana, la Unió Catalanista, así como nacionalistas republicanos, federales, carlistas e independientes. Este movimiento surgió como protesta por una represión militar contra órganos de la prensa catalana de la época y para hacer frente también a la propuesta de una Ley de jurisdicciones del gobierno central, netamente antidemocrática y antiautonomista. Al año siguiente, las elecciones a Cortes dieron una rotunda victoria a los candidatos de Solidaritat Catalana.
Los dos hombres más representativos de la Solidaritat Catalana, Enric Prat de la Riba (1870-1917) y Francesc Cambó (1876-1947), destacaron en la política catalana de principios del siglo XX. El primero de ellos plasmó en La nacionalitat catalana (La nacionalidad catalana) (1906) una justificación filosófica del nacionalismo catalán tendente a la constitución de un Estado catalán dentro de una Federación española, y fue el creador de la Mancomunidad de Cataluña.
La Mancomunidad, constituida en 1914 y basada en la unión de las diputaciones provinciales catalanas, representó la primera reunificación territorial del país. Estaba integrada por una asamblea que agrupaba a los noventa y seis diputados de Cataluña en las Cortes españolas, y por el Consejo, formado por ocho consejeros y el Presidente, Prat de la Riba. Sin más presupuesto que el acumulado por las cuatro diputaciones provinciales, la Mancomunidad realizó una labor cultural y cívica algunas de cuyas creaciones aún hoy perduran. No obstante, la Mancomunidad también acabó siendo abolida, en 1925, por la dictadura del general Primo de Rivera (1923-1930).
Enric Prat de la Riba i Sarrà (Castellterçol 1879-1917)
Josep Puig i Cadafalch (Mataró 1869 – Barcelona 1956)
La caída de la dictadura de Primo de Rivera arrastró a la monarquía, derrocada en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, que dieron el triunfo a las fuerzas republicanas. En Cataluña esas fuerzas ya se habían coordinado en marzo de 1930 con vistas a la instauración de una república federal (Manifiesto de la Inteligencia Republicana) que implicaba la devolución a Cataluña de un poder real de gobierno en su territorio. El 17 de agosto de 1930 se reunían en San Sebastián los representantes del republicanismo de todo el Estado para pactar la instauración de la República. Los representantes republicanos catalanes acudieron a San Sebastián condicionando el pacto al reconocimiento de las aspiraciones catalanas de autogobierno. La solución jurídica aceptada en el Pacto de San Sebastián fue que Cataluña expresaría su voluntad en un Estatuto de autonomía refrendado por el pueblo y sometido a la aprobación de las Cortes constituyentes en la parte referente a la delimitación de atribuciones entre el poder central y el Gobierno autónomo de Cataluña.
Como hemos visto, el catalanismo nace siendo regionalista, autonomista o federalista siempre dentro del Estado español. Es la intransigencia del centralismo hispánico quien provoca el nacimiento del independentismo catalán una vez que se comprueba que dentro del España es imposible una relación que reconozca el carácter nacional de Catalunya.
Fuente: Generalitat de Catalunya y elaboración personal.
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Retroenllaç: Hª de Catalunya para españoles (7). La primera Generalitat de Catalunya de la época moderna (1931-1939). República i Estat catalans. | EL CAVALLER DEL CIGNE ciutadà valencià de nació catalana //*//
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