Franco y Juan Carlos.
La respuesta es bien sencilla: Franco lo dejó todo atado y bien atado y designó a dedo a Juan Carlos de Borbón, que era el hijo que nunca tuvo. Desde niño estuvo con él para imbuirle sus ideas. Es lógico que se estableciera algun de tipo de nexo afectivo muy similar al paterno-filial; de hecho, Don Juan, su padre y rey legítimo, estuvo enfadado con su hijo precisamente por este tema. Don Juan hizo de todo para ser rey. Al principio apoyó al Franco. Con los años acabaría apoyando a la oposición moderada que lo postulaba como rey. No hubo nada que hacer. Franco le usurpó el trono. Es curioso, un monárquico quitándole el trono al que según la legalidad borbónica correspondía ser.
De todos modos, la monarquía no tenía legitimidad. El pueblo votó república y el dictador la destruyo. Al volver la supuesta democracia de la tan sobrevalorada Transición, lo lógico desde un punto de vista histórico hubiera sido proclamar la república o haber hecho un referéndum. Por motivos obvios no se hizo así, de manera que Franco se hizo con la suya. Atado y bien atado. Al final tenemos un extracto de la proclamación de Juan Carlos como sucesor de Franco en la Jefatura del Estado. De interesante lectura, está firmado por el mismo Franco, siendo muy elogioso con el entonces príncipe y futuro rey.
Felipe VI, Jefe Estado de España por motivos biológicos sin haber pasado por las urnas.
Por los motivos conocidos y alguno más que nos han ocultado, abdica en su hijo Felipe, rey actual, y nos sacan por la tele a la siguiente en el trono, una niña. El caso es que no ha habido referéndum y atenta contra el principio de igualdad ante la ley el hecho de obtener un cargo vitacio como Jefe del Estado sin que nadie te haya votado. ¿Qué sucede si el monarca es inepto o su conducta no es ejemplar? ¿Se le puede obligar a abdicar? ¿Y si no es posible porque el / la siguiente es menor de edad? Nombramos una regencia y retrocedemos unos siglos atrás. Democracia es República lo pinten como lo pinten, y esta monarquía está marcada por un genocida llamado Francisco Franco.
Los enemigos de las urnas dirán que al aprobar la Constitución la monarquía iba en el lote. En primer lugar ni la redacción de sus artículos ni su votación fue libre, ya que pendía sobre ella la espada de Damocles de un posible golpe de estado si a determinados poderes fácticos no les gustaba su contenido. De hecho tres años después tenemos el golpe de Tejero, Milans del Bosch y un señor muy próximo al rey, Armada, secretario general de la Casa del Rey. Hubo otras intentonas y muchos aseguran que el del 81 fue un autogolpe del mismo Juan Carlos para aparecer como salvador de la patria y ganarse el apoyo popular. Quizá algún día se sepa con toda seguridad.
Bandera franquista vigente al principio de la Transición.
Proclamación del príncipe Juan Carlos como sucesor en la jefatura del Estado
EL VII de los Principios del Movimiento Nacional establece que la forma política del Estado español es (…) la Monarquía tradicional, católica, social y representativa.
La Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de veintiséis de julio de mil novecientos cuarenta y siete (…) modificada en algunos de sus aspectos por la Ley Orgánica del Estado, de diez de enero de mil novecientos sesenta y siete (…) establece en su artículo sexto un procedimiento directo e inmediato de proveer a la sucesión en la Jefatura del Estado, confiriendo al Caudillo de España y Generalísimo de los Ejércitos la prerrogativa de proponer a las Cortes a persona que estime deba ser llamada en su día a sucederle, a título de Rey o de Regente (…).
Por todo ello, estimo llegado el momento de proponer a las Cortes Españolas como persona llamada en su día a sucederme, a título de Rey, al Príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, quien, tras haber recibido la adecuada formación para su alta misión y formar parte de los tres Ejércitos, ha dado pruebas fehacientes de su acendrado patriotismo y de su total identificación con los Principios del Movimiento y Leyes Fundamentales del Reino, y en el que concurren las demás condiciones establecidas en el artículo noveno de la Ley de Sucesión.
En su virtud, y de conformidad con la Ley aprobada por las Cortes Españolas, vengo en sancionar:
Artículo primero. Al producirse la vacante en la Jefatura del Estado, se instaurará la Corona en la persona del Príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, que la transmitirá según el orden regular de sucesión establecido en el artículo once de la Ley Fundamental de veintiséis de julio de mil novecientos cuarenta y siete, modificada par la Ley Orgánica del Estado de diez de enero de mil novecientos sesenta y siete”.
Francisco Franco
BOE, 23 de julio de 1969