Supuesta primera bandera de España. Carlos III. 1785.
Tanto la bandera como el himno de España tienen su origen en la monarquía borbónica de Carlos III, Isabel II y Alsonso XII. Se deben a un concurso. Por aquel entonces había varios países donde reinaban los borbones, todos con su bandera blanca característica. Ello hacía que de lejos en la mar no se pudiera estar seguro si el navío era español, francés o de algún estado italiano. Ganó la rojigualda porque se consideró que esos colores se distinguían bien desde lejos.
Carlos III
Podemos ver que la franja amarilla era, como hoy en día, el doble que las rojas. El motivo era que había que dejar espacio para las armas o blasones del rey que no era oficialmente rey de España, sino de Castilla, León, Aragón, Valencia, etc. Muchos escuditos para tan poco espacio. Por eso Carlos III elige la versión reducida, es decir, la que solo recoge lo fundamental, es decir, la triunfadora Corona de Castilla, que se consideraba como la esencia patria de España. Por ello, el castillo y el león – agravio comparativo con el resto – aparecen en la bandera ganadora del concurso de 1785 sin las cuatro barras o las cadenas de Navarra.
Los españolistas, que mienten como vellacos, dicen que esta es la primera bandera de “España” – cosa imposible, ya que “España” no era un ente jurídico entonces. Además, estos patrioteros llenos de ardor guerrero desconocen que hubo dos premios en este concurso y dos banderas. La primera era la de la marina de guerra; la segunda, que parece una Senyera, la de la marina mercante. Hay ocultación por motivos políticos. Aquí las tenemos a ambas: marina de guerra y marina mercante.
Como podemos ver, catalanes, valencianos, baleares, aragoneses… no estamos representados en las armas de esa primera bandera; no nos representa, no es nuestra. Para el Borbón Espanya era Castella i terreno conquistado que diría Fraga Iribarme. Además, tampoco representa a España, sino a la Marina de Su Majestad. Así como la primera bandera perduraría, la segunda fue retirada. Veamos que decía el mismo rey y alcalde de Madrid:
A fin de dar a conocer la nueva enseña, Carlos III promulgó una Ordenanza General, que en el tratado IV, título I, disponía:
Para evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa Mi Armada Naval y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose a largas distancias ó con vientos calmosos con la de otras Naciones, he resuelto que en adelante usen mis Buques de guerra de Bandera dividida a lo largo en tres listas, de las cuales la alta y la baja sean encarnadas y del ancho cada una de la cuarta parte del total, y la de enmedio, amarilla, colocándose en ésta el Escudo de mis Reales Armas, reducido a los dos quarteles de Castilla y León, con la Corona Real encima; y el Gallardete en las mismas tres listas y el Escudo a lo largo, sobre Quadrado amarillo en la parte superior. Y que las demás Embarcaciones usen, sin Escudo, los mismo colores, debiendo ser la lista de enmedio amarilla y del ancho de la tercera parte de la bandera, y cada una de las partes dividida en dos partes iguales encarnada y amarilla alternativamente, todo con arreglo al adjunto diseño. No podrá usarse de otros Pavellones en los Mares del Norte por lo respectivo a Europa hasta el paralelo de Tenerife en el Océano, y en el Mediterráneo desde el primero de año de mil setecientos ochenta y seis; en la América Septentrional desde principio de julio siguiente; y en los demás Mares desde primero del año mil setecientos ochenta y siete. Tendréislo entendido para su cumplimiento.
Señalado de mano de S.M. En Aranjuez, a veinte y ocho de mayo de mil setecientos ochenta y cinco.
Carlos IV
Con Carlos IV, sucede lo mismo. En la bandera solo aparece Castilla. Se exiende su uso y comienza a verse la bandera en tierra, aunque solo en castillos y fortificaciones de costa. Se promulgaron las Ordenanzas Generales de la Armada Naval, que el 8 de marzo de 1793 hicieron extensivo el uso de la bandera naval de guerra a todas las plazas marítimas y los castillos de las costas. Seguía sin ser la bandera de “España”.
Las Banderas de mis baxeles de guerra, como las de mis Plazas Marítimas, sus Castillos y otros qualesquiera de las Costas, será de tres listas, la de en medio amarilla ocupando una mitad, y la alta y baxa encarnadas iguales, esto es, del quarto de la anchura, con mis Armas Reales de solo los Escudos de Castilla y León con la Corona Imperial en la lista de en medio.
Durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814) la ausencia de una auténtica bandera nacional española desencadenó un fenómeno de proliferación de multitud de banderas locales y no reglamentarias. De lo contrario, después de la derrota española a la batalla de Trafalgar, algunos marineros pasaron a combatir en tierra y, por primera vez, se ven enseñas bicolors por el interior de España. El 1812 las Cortes de Cádiz reglamentaron la Milicia Nacional con objeto de defender los valores liberales. Cada una de estas milicias adoptó su propia bandera diferencial.
Es falso, por mucho patriotismo que le echen al asunto los nacionalistas españoles que la invasión napoleónica produjera como por arte de magia un despertad nacional y que el pueblo se alzara bajo la rojigualda entre otras cosas porque era la bandera de la Marina no de Espanya.
Durante el Trienio Liberal (1820-23) se restablace la Milicia Nacional, que había sido disulta por Fernando VII y se aprueba un reglamente que establece lo siguiente:
Cada batallón tendrà una bandera, que serà de tafetán morado como los antiguos pendones de Castilla; su escudo sólo los leones y castillos, sin tener enmedio las flores de lis, ni cruz de Borgoña, y en las quatro esquinas las armas del pueblo.
Como vemos, los liberales hacen el reduccionismo Espanya igual a Castilla sin tener en cuenta a la Corona de Aragón, que había sido asimilada y reducida a las leyes de Castilla tras los Decretos de Nueva Planta. Sin embargo, poco después, se reglamentará que la Milicia Nacional utilice una bandera formada por dos bandas rojas y amarilla, todas de igual anchura.
Bandera carlista.
Durante las Guerras carlistas, los absolutistas usarán la bandera blanca borbónica mientra los liberales la rojigualda, asociada al lin beralismo monárquico. Con Isabel II, esta bandera será la de todo el ejército. El Real decreto de 13 de octubre de 1843 establece la sustitución de banderas, estandartes y escarapel·les, enseñas del ejército, por otras de nuevas rojigualdas, al mismo tiempo que lo denomina «bandera nacional», una titulación que si por bien no era oficial, empleaba la nomenclatura nacional propia de las revoluciones liberales. En la práctica lo que se hace es volver a la bandera de la Marina de Guerra de Carlos III. Es de mención el uso de las antiguas banderas anteriores a los borbones que se hizo y que la reina, centralista, prohibe. Esto dice el Decreto:
Siendo la bandera nacional el verdadero símbolo de la monarquía española, ha llamado la atención al Gobierno la diferencia que existe entre aquélla y las particulares de los Cuerpos del Ejército: tan notable diferencia trae su origen del que tuvo cada uno de sus mismos Cuerpos, porque formados bajo la dominación e influjo de los diversos reinos, provincias ó pueblos en que estaba antiguamente dividida la España, cada cual adoptó los colores o blasones de aquel que le daba nombre. La unidad de la monarquía española y la organización del Ejército y demás dependencias del Estado exigen imperiosamente que desaparezcan todas las diferencias hasta ahora han subsistido sin otro fundamento que el recuerdo de su división local, perdido desde bien lejanos tiempos. Por tanto el Gobierno provisional, en nombre de S.M. la Reina Doña Isabel II, ha venido en decretar la siguiente:
Art. 1º Las banderas y estandartes de todos los cuerpos e institutos que componen el Ejército, la Armada y la Milicia Nacional serán iguales en colores a la bandera de guerra española y colocados por el mismo orden que lo están en ella.
La Primera República Española, instalada en 1873, no alteró los colores de la bandera, pero se suprimió de los escudos la corona y otros símbolos reales de la monarquia. Conservaba en el escudo el castillo y el león, blasones de Castilla.
Bandera de la 1ª República. Rojigualda con el escudo del castillo y el león, pero sin corona.
Aunque el uso de la rojigualda se generalizó durante lo que quedaba de siglo, no fue hasta 1908 que se regula su uso como bandera nacional según el Real Decreto disponiendo que en los días de Fiesta nacional ondee en todos los edificios públicos la bandera española.
La II República cambia la anterior. Tres franjas de igual tamaño cambiando el rojo inferior por el morado en honor a los comuneros de Castilla. Se consideraba que con el rojo y amarillo ya estaban representados. El escudo recoge además de los blasones de Castilla y León, los de la Corona de Aragón y Navarra.
Bandera II República con escudo. También las había sin escudo.
Por primera vez aparecen representados en el escudo de la bandera todos los territorios y no solo Castilla. Como sabemos, estuvo en vigencia hasta el golpe de estado de Franco. Sin embargo, el bando sublevado tuvo varias banderas:
1-Entre el 17 de julio y el 29 de agosto de 1936: Republicana tricolor.
2-Entre el 29 de agosto y el 13 de septiembre de 1936: Monárquica sin escudo.
3-Entre el 13 de septiembre de 1936 y el 2 de febrero de 1938: Monárquica con el escudo republicano.
4-Entre el 2 de febrero de 1938 y el 1 de abril de 1939: Monárquica con el escudo franquista.
5-Entre el 11 de octubre de 1945 y el 21 de enero de 1977. Como en el caso anterior pero con algún cambio en el escudo. Tuvo vigencia durante el principio de la Transición.
6-Entre el 11 de octubre de 1977 y el 5 de octubre de 1981. La misma bandera con cambios en el escudo.
Como vemos, durante la primera transición la bandera española era la franquista. Esta es la actual, que recuerda a la usada por Franco durante la mayor parte de la guerra, del 36 al 38.
Bandera constitucional actual.
Por más que sea la bandera oficial, lo cierto es que la derecha y la extrema derecha se sienten identificados con ells. En las manifestaciones de carácter izquierdista nadie la utiliza, sino la republicana. Ya es hora de que el pueblo pueda optar libremente por monarquía o república.
Empezamos con Carlos III y acabamos con él. Muchos no saben que los Borbones trataron de exterminar a los gitanos, pues bien, Carlos III, el reformador, el ilustrado, el que es cantado por Víctor Manuel y Ana Belén como signo de progresia, este señor que dicen que ha sido el mejor rey de esta casa francesa era un centralista a ultranza. Prohibió bajo duras pensas a los gitanos hablar en su lengua, que desapareció en España, y siguió prohibiendo y prohibiendo. Nada de catalán en las escuelas sino ninguna otra lengua en cualquier ámbito que fuera diferente del castellano tanto en Europa com en América. Este fulano era Carlos III.
Si al tema lingüístico le sumamos el de la bandera, que reduce España igual a Castilla ya tengo de sobra para declararlo persona non grata. Otra borbona, destronada en 1868, Isabel II destacaba por irse todas las noches de parranda vaya usted a saber con quíen y qué hacía – ya se puede imaginar – y se levantaba a las tres de la tarde. Menudo elemento. Mientras su antecesor Carlos III expulsó a los jesuitas, ella gobernaba con una camarilla eclesiástica que le aconsejaba qué hacer. Esto es España
En la guerra carlista de 1833-1840 el ejército regular isabelino ondeaba la cruz de Borgoña (banderas batallonas blancas de infantería, azules de artillería y moradas de ingenieros). Los cuerpos liberales que usaban la rojigualda en esa guerra eran la Milicia Nacional y la Legión Británica. Y usaban el modelo de la Milicia Nacional, con las 3 fajas de igual anchura. Lo de la “bandera blanca carlista contra la rojigualda liberal” es una confusión moderna, repetida incluso por despistadísimos catedráticos. Toda la infantería regular isabelina de esa guerra ondeaba bandera blancas (la bandera batallona o Principal con las armas reales ampliadas y las banderas batallonas o secundarias con un aspa roja de Borgoña). Eran las enseñas reglamentarias. ¿^PAra qué iban a cambiarlas?. Y como en la guerra de 1872-1876 la rojigualda ya era la enseña del ejército, los carlistas de esa guerra ondeaban básicamente rojigualdas.
Y sí: es un poco ridículo la obsesión en meter la rojigualda con calzador en la guerra de Independencia de 1808-1814. El símbolo popular español en aquella guerra era la escarapela encarnada, la misma que usaban los militares. También parece haber sido popular el anagrama F7 (también FVII), por Fernando VII…”El Deseado”.
Lo de poner sólo las armas de Castilla y León no implicaba centralismo. Eran las armas reales disminuidas. Las armas reales ampliadas, las del estandarte real y las de la bandera de la Armada anterior a 1785, sí llevaban las barras (…y los escudos de los Médicis y los Farnesio), más territorios como Borgoña, las Dos Sicilias (que a su vez también lucían las barras), etc. . Las armas reales, sin más.
Gracias por la información. Por lo que yo sé, la Cruz de Borgoña o Aspa de Borgoña penetró en Casttilla y León con la Guardia Borgoñona de Felipe el Hermoso a principios del siglo XVI ya que Felipe era el duque titular de Borgoña. La rojiblanca es posterior. Durante las guerras carlistas del XIX y la Guerra Civil del 36, los carlistas o requetés usaron esta bandera – que era la más antigua de la España unificada – y se componía de dos palos rojos enforma de aspa sobre fondo blanco. Antes de existir el concepto de bandera nacional cada regimiento tenía la suya hasta que se produjo la unificación. A la bandera aspada también se le llamaba de San Andrés, patrón de Borgoña.
En contra de la arraigada creencia popular y académica, la cruz de Borgoña no fue un distintivo carlista hasta 1935, justo antes de la guerra civil de 1936.
Este artículo trata del tema. Felipe el Hermoso, duque de Borgoña y rey de Castilla introduce la cruz aspada, que es la de Borgoña. Carlos III de Borbón elige la rojiblanca entre varias candidatas para evitar confusiones con otras banderas de fondo blanco (también borbónicas). Primero será bandera de la Marina y más adelante de España. Durante esta época hubo gran variedad de banderas, ya que en principio cada señor o destacamento llevaba la suya, que era la que tenía los colores de su linaje y eran recogidas en sus escudos nobiliarios.
http://vexilologia.org/banderas-espanolas/historia-bandera/
En respuesta a Jose cuyos insultos he eliminado. Decía que los leoneses no eran castellanos. Depende. Del momento histórico y si hablamos de “reino” o “corona”. El reino de León es anterior al de Castilla, que estuvo en manos de los navarros. Cuando un castellano iba a León se le burlaban por su manera de hablar. El castellano no era lengua de León, sino el leonés (que adquirió diversos nombres según donde se hablara desde “asturiano” a “extremeño”. En un principio, los leoneses contaron con instituciones propias e independencia. No tienes ni idea de que hubo guerras civiles entre leoneses y castellanos con las consiguientes uniones e independencia. Finalmente, ganaron los castellanos que impusieron su CORONA a todo el territorio, incluyendo Galicia. Por eso los “castellanos” son (o eran) los habitantes de la CORONA DE CASTILLA, LA QUE HEREDÓ ISABEL LA CATÓLICA. Isabel, aun siendo reina de Castilla y León (y de otros lugares) era conocida habitualmente como reina de Castilla sin que mencionaran otros territorios como Asturias, Galicia o León). De hecho en los casos de Valladolid y Palencia no hay acuerdo si son o no de una nacionalidad u otra. De niño estudié que “León” comprendía “León, Zamora y Salamanca”. Supongo sabrÁS QUE LOS “LEONESISTAs” quieren largarse de la actual Comunidad de Castilla y León. Desde otros territorios se les ha llamado “castellanos” a todos, por ejemplo desde el mío. Castilla era uniformizadora y acabó con las ansias leonesistas, incluyendo su propia lengua, cosa que no logró por completo ya que siguen existiendo restos dialectalizados y castellanizados del antiguo asturleonés que llegan hasta Extremadura sin que tengan reconocimiento oficial. Ni el asturiano, el mejor parado, lo tiene. La población parece feliz con el monolingüismo castellano salvo excepciones que personalmente aplaudo. Para acabar, recordar que antiguamente se hablaba de “las dos Castillas”, la “Vieja” y la “Nueva” sin que León fuera ni nombrado. A los habitantes de la “Corona de Castilla” en general se les llama castellanos, sean de Zamora o de Segovia, de Toledo o de Badajoz. Hasta los madrileños son castellanos.
No me importa que participes, pero dando razones y no vomitando insultos, que no pienso consentir.