La materia de los sueños.

xica amb unicorni¿Qué es real lo que soñamos despiertos o los que vemos dormidos? Yo vi un unicornio…

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La música de mi sueño. A mi madre le hubiera gustado ser bailarina de ballet.


Si el mundo está hecho de la materia de los sueños,
la vida es sueño y yo sueño vivir soñando.
¿Estoy despierto? ¿Estoy soñando?
¿Estoy?

Anoche soñé con mi madre.
El sueño tenía música.
El Preludio a la siesta de un fauno, de Claude Debussy,
que le iba como anillo al dedo.
Ella me miraba y sonreía sin decir nada, sin moverse
solo se oía la fascinante música y se veía su hermoso rostro sonriente.
Yo la contemplaba en profundo éxtasis.
No, no era un sueño, era el Cielo en la tierra,
algo maravilloso hecho realidad.
Disfrutaba de todas y cada una de las notas y de sus hermosos ojos,
su limpia miranda, su boca sonriéndome.
Era un placer tan inefable que no encuentro palabras
a pesar de que estoy escuchando ahora mismo la misma música
y conservo en la retina su imagen sagrada.

Con su mirada me decía:
“Tranquilo, hijo mío, no pasa nada, estoy contigo,
duerme, duerme, duerme…”
Pero en mi sueño, yo no quería ni despertar ni dormir
porque tenía miedo de perderla.
“Mamá, te quiero mucho.
¿Dónde estás, mamá?
Quiero darte un beso y después morir, dormir, tal vez soñar
que todo es un sueño, sueño sí, pero eterno.
No te vayas mamá, te necesito.”

Mi madre estaba rodeada por un áurea luminosa y resplandeciente
que destellaba al compás de la sensual música impresionista;
suena el arpa seguido del oboe i el clarinete.
¡Qué música tan hermosa!
Aún la tengo en la mente y no hago más que evocarla.
Pero mi madre ya no está conmigo.
De repente desapareció y desperté
¿o seria al revés?, me desperté y desapareció.
Solo me queda su recuerdo y la música que justo ahora me inspira
como a un poseso que ha caído bajo el embrujo de un  hechizo mágico.

Quiero pensar que una barca arrastrada por un hermoso cisne blanco
la conduce a tierras lejanas, apartadas del mundo y llenas de felicidad.
Ay, mamá, cuánto te hecho de menos,
Cierro los ojos y te veo como en el sueño.
Quisiera vivir la vida soñando para soñarte.
No puede ser, lo sé, pero soñar es hermoso si sueño con tu sonrisa alegre y contagiosa.
Déjame soñar que quiero verte en esa barca de plata
mientras suena el etéreo preludio del acto I de Lohengrin.
Qué maravilla Wagner y Debussy juntos en músicas sublimes, casi sagradas
que se entremezclan con el recuerdo de tu mirada y tu sonrisa,
tus ojos divinos y tu dulce boca de miel con la que tantos besos me regalaste.
¡Mamá, te quiero mucho! Te quiero como cuando era un niño y me contabas cuentos.
¿Sabes que los sigo leyendo? Sí, pero nadie como tú puede hacerlo.

Eras pobre, explotada y analfabeta, pero yo te leí los mejores libros.
¿Te acuerdas de Tirant lo Blanc i de Ausiàs Marc?
Juntos escuchábamos a Raimon y ahora Raimon eres tu.
Te recuerdo, mamá, barriendo la casa mientras cantabas la Maredeueta.
La Piquer eres tú agitando una escoba sobre los rodapiés.

Lo que recuerdo ahora me hace mal.
Estabas postrada y no podías andar.
¡Maldita sea! Yo no podía hacer nada.
Vi como te consumías delante de mí
como cuando se evapora un sueño del que no quieres despertar.
La vida – la muerte – siempre se impone
y a ti – como a mí en su momento – te llegó la hora.
Ojalá pudiera borrar de mi mente ese instante
e imaginarte joven en el río saltando a la comba y cantando la Tarara.

Ni puedo ni debo olvidarte. Te recordaré mientras viva.
Yo pensaba que no iría nunca a verte al cementerio
– siempre había pensado que era algo que se  hace por el qué dirán –
pero pasados casi dos años de tu partida
voy a hacerlo con mi hermano como cuando te regalaba tu colonia favorita,
esa que tenía la misma fragancia que la música de Debussy.

Este preludio suele acompañar los sueños que tengo con mi madre. Es una música que me eleva a las estrellas. Me quedé con ganas de que visitáramos juntos el castillo. Algún día estaré allí, cerraré los ojos y en mi mente estará ella envuelta en un áurea divina acompañada de esta música sublime y etérea. Soñaré despierto, pero soñaré. Mi madre estará allí conmigo y con mi mujer. El sueño se realizará, pero no como el de Elsa ya que estará para siempre en nuestros corazones.

Regí, en homenaje y  gratitud eterna a quien me dio la vida y me educó para ser una buena persona.

PD. Muy probablemente no debería hacer lo que estoy haciendo, pero me veo obligado a hacerlo. Mi mujer es muy reservada para estas cosas. Su padre murió hace años y jamás me cuenta nada de él aunque siempre lo tiene presente. Yo en cambio no puedo dejar de hablar de mi madre. Siento que si hablo de ella es como si siguiera viva.

Anoche soñé con ella con fondo  musical, el Preludio a la siesta de un fauno de Debussy. Hacía mucho que no lo escuchaba, pero lo he hecho en sueños y me pasado largas horas escuchándolo sin parar a lo largo del día. Al despertarme he escrito de un tirón un poema sin pensarlo  dejándome llevar por la música fáunica.

Yo no soy creyente; mi madre lo era. Decía que creía en Dios pero no en los curas quizá por influencia de mi abuelo, que era marxista y cristiano pero anticlerical y eso que uno de sus íntimos era sacerdote.

Nunca voy al cementerio. Respeto que se vaya, pero jamás ha ido la cosa conmigo. Cuando lo he hecho ha sido obligado por las circunstancias. Hace unos días sentí la necesidad de ir por primera vez desde que murió. Me acompañará mi hermano. No sé cómo reaccionaré cuando vea su foto pegada a la lápida, pero tengo que hacerlo.

Sé que allí no está ella, sino sus huesos. Mi madre está dentro de mí; en mi corazón, en mis recuerdos, ¿quién sabe si en mi espíritu?

Antes le hablaba de estas cosas a mi buen amigo Ricardo, el sacerdote wagneriano de Buenos Aires, pero él también dejó este mundo. Se van muriendo todos uno tras otro. Es la vida, y no existe nada que no tenga su opuesto, la muerte.

Como le diría Anthony Hopkins a Emma Thompson al despedirse de ella para siempre en The Remains of the Day: Forgive me if I am too personal.

Regí

Quant a rexval

M'agrada Wagner, l'òpera, la clàssica en general i els cantautors, sobretot Raimon i Llach. M'interessa la política, la història, la filosofia, la literatura, el cinema i l'educació. Crec que la cultura és un bé de primera necessitat que ha d'estar a l'abast de tothom.
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2 respostes a La materia de los sueños.

  1. Los sueños que se entrelazan con la música son los mejores, en ellos parece que la música se puede tocar con las manos y que cada nota tiene un sentido propio que comprendemos perfectamente. La música, el amor y la muerte son de lo más profundo que puede experimentar el ser humano. Gracias por tan emotiva reflexión.

  2. regi60 ha dit:

    Gracias a ti, Rafa, por comentar. Esta clase de sueños son nuevos para mi. Antes soñaba en blanco y negro y sin sonido, y claro está que tienen que ver con la realidad. El inconsciente es más potente de lo que solemos admitir.

    Un abrazo.

    Regí

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