Shopenhauer no se limitó a sus propuestas ascéticas y renunciadoras sino que trató filosóficamente el amor carnal. Pensemos también que el Wagner joven recoge el concepto de amor libre de los pensadores revolucionarios. Y que ni en el hinduismo ni en el budismo, que le llegó de manos del filósofo, el sexo no es pecado, a diferencia de las doctrinas judeocristianas. Para el filósofo la Voluntad se manifesta en la sexualidad, y más concretamente, en la genitalidad. El tema sexual le interesó y lo trató en varios libros. Eso sí, no busquemos romanticismos en este señor porque no los hay. A modo de cristiano ateo, reduce el sexo a la procreación, llegando a decir alguna barbaridad sobre las mujeres. Lo cierto es que era muy misogino debido al suicidio de su padre supuestamente por la mala relación que tenía con su madre. Él permaneció soltero y no ha trascendido que tuviera ningún amorío. En otro momento le dedicaremos un artículo completo a su pensamiento filosófico.
Veamos que escribió del tema en El amor, las mujeres y la muerte:
“Pues no se trata más que de una cosa muy sencilla; de que cada macho se ayunte con su hembra.”
“La Naturaleza necesita esa estratagema para lograr sus fines. Por desinteresada e ideal que pueda parecer la admiración por una persona amada, el objetivo final es, en realidad, la creación de un ser nuevo, determinado en su naturaleza; y lo que lo prueba así, es que el amor no se contenta con un sentimiento recíproco, sino que exige la posesión misma, lo esencial, es decir, el goce físico.”
“El amor tiene, pues, por fundamento un instinto dirigido a la reproducción de la especie.”
“Una mujer de edad, es decir, incapaz de tener hijos, no nos inspira más que un sentimiento de aversión.”
Para Schopenhauer el hombre está a merced del deseo, que nunca puede satisfacer y le ocasiona un continuo sufrimiento cuando no hastío, por lo que propone la retirada del mundo y la renuncia a la voluntad de vivir. Wagner fue su seguidor desde 1854.
Wagner no tuvo problemas con la censura a pesar de sus continuas referencias al sexo y al amor que recorren toda su obra, desde Las Hadas a Parsifal. Tan solo hay una excepción. Fue con La prohibición de amar. La obra iba a estrenarse en Pascua y al jefe de policía no le parecía “respetuoso” el título con la efeméride religiosa. Así que Wagner se vio forzado a cambiarlo por La novicia de Palermo que pareció más respetuoso. Que Senta tiene novio pero se va con el Holandés, no pasa nada; que Tannhäuser esté entre Venus y Elisabeth, tampoco; que los gemelos welsungos se acuesten, vale; que Siegmund se vaya con su tía Brunhilde, lo mismo, y así hasta llegar a Kundry que trata de seducir a Parsifal, lo besa y el responde: “Amfortas! Die Wunde!” Invoca a Amfortas y su herida, en una acto amoroso de compasión.
Sí que tuvo problemas de tipo político o político-religioso. Conocido es el escándalo que se armó en París con Tännhäuser en su segundo intento debido a tensiones entre Francia y Prusia. Otro caso en que hubo disturbios fue con motivo de Tannhäuser. Incluso con algún muerto. En Desde había problemas entre católicos y protestantes, recordemos que Sajonia tiene población de ambos credos. Wagner fue acusado de apoyar a los católicos con esta obra. Fue una situación semejante a la que vivió Meyerbeer en parís con Los Hugonotes, que eran los protestantes calvinistas franceses que fueron masacrados por la monarquía católica.
Dejemos la política y volvamos al sexo, que es más gratificante.
Última parada: Parsifal, que a muchos recuerda un trasunto de Cristo, aunque Wagner lo negara. Algún osado tergiversador ha llegado a afirmar que Parsifal es un Cristo ario del nuevo cristianismo que Wagner pretender crear. Es absurdo. No hay nada de eso. Ni siquiera podemos admitir que la obra sea cristiana a pesar de su apariencia. Luego lo comentamos. ¿Cómo entendemos esto? ¿Se ha vuelto Wagner casto como diría Nietzsche? ¿Ha sentido el dolor de Amfortas y se propone aliviarlo y redimirlo por medio de la compasión? ¿Es Parsifal homosexual y por eso rechaza a la muchachas-flor y Kundry? Incluso hay quien ha mantenido la existencia de una relación homosexual de Wagner con Ludwig, a quien llamaba “mi Parsifal”. Es cierto que Ludwig, que tenía varios amantes, se enamoró de Wagner; ya que era homosexual, lo que es pura fantasía es sostener lo contrario. Wagner no fue el amante del rey, sino su amigo. Veamos unas cartas:
Cartas de Wagner a su amiga, Madame Eliza Wille:
04 de mayo 1864
“Él, el rey, me ama, y con la sensación de profundidad y el brillo de un primer amor, percibe él y sabe todo sobre mí, y me comprende como mi propia alma. Él quiere que me quede con él para siempre. . . . Voy a ser libre y dueño de mí mismo, … sólo mi propio ser y su amigo.”
09 de septiembre 1864
“Es cierto que tengo mi joven rey que realmente me adora. Usted no se puede formar una idea de nuestras relaciones. Recuerdo uno de los sueños de mi juventud. Una vez soñé que Shakespeare estaba vivo: que realmente vio y que yo hablaba con él. No puedo olvidar la impresión de que ese sueño me produjo. Entonces me habría gustado ver a Beethoven, a pesar de que ya estaba muerto. Algo parecido debe pasar en la mente de este hombre digno de ser amado por mí. Dice que no puede creer que realmente me posee. Nadie puede leer sin asombro, sin encanto, las cartas que me escribe.”
Carta de Luis II a Wagner
15 de mayo 1865
Estimado amigo,
… ver claramente que tus sufrimientos están profundamente arraigados! Tú me dices, querido amigo, que has penetrado profundamente en los corazones de los hombres, y visto la maldad y la corrupción que habita en su interior. Sí, te creo, …, pero siempre vamos a recordar (¿Lo haremos, amado?) que hay gente noble y buena para quienes es un verdadero placer para vivir y trabajar. Y, sin embargo, dices que no sirven para este mundo! – Te ruego, no te desesperes, tu verdadero amigo te anima a tener coraje: “El amor nos ayuda a soportar y sufrir todas las cosas, el amor lleva por fin la corona del vencedor!” El amor reconoce, incluso en el más corrupto, el germen de bien, sólo él lo supera todo! – En vivo, cariño de mi alma. … era para todos los hombres en efecto, que el Salvador murió y sufrió. Y ahora, qué lástima que “Tristán” no se pueda presentar hoy, ¿lo hará tal vez mañana? ¿Hay alguna posibilidad?
Hasta la muerte, su fiel amigo,
Ludwig
Carrie Pringle, la muchacha-flor de la que se Wagner se sintió atraído.
Evidentemente, es falsa cualquier afirmación en el sentido de haber tenido Wagner una relación homosexual con Ludwig. El compositor era un mujeriego impenitente. La discusión que tuvo Wagner con Cosima el día de su muerte fue debida, precisamente a que se fijó en una joven muchacha-flor de su Parsifal, Carrie Pringle, y Cosima entró en cólera cuando pretendía llevarla a su lujoso palacio veneciano. Se fue a su habitación y murió mientras trataba de escribir De lo femenino en lo humano. Wagner no apartó jamás sus ojos de las mujeres por las que se veía irremediablemente atraído. La idea de que Wagner pudiera ser amante del rey es tan estúpida como la de su intención de crear un Cristo ario o ser un antecedente del Holocausto. Sobre Wagner siempre se han dicho barbaridades que no tienen ninguna base en absoluto. El australiano y antiwagneriano Osborne, sin ninguna credibilidad, llegó a escribir en su supuesta biografía – autentico libelo – sobre Wagner no solo la ridícula patraña del “Cristo ario”, sino que los caballeros del Grial eran un grupo cerrado de misóginos homosexuales que apuntaban a las futuras SS. Según parece, Wagner tenía poderes paranormales y ya estaba al tanto de las SS y las SA. Tan solo se puede argüir que una buena parte de los mandos de las SA eran homosexuales y que Hitler ordenó a las SS que los exterminaran como a ratas. Evidentemente, Wagner no pinta nada en esto.
Hay quien mantiene que Parsifal es una obra cristiana, incluso católica. “La apoteosis del catolicismo” según Domènech i Espanyol, desmentido por el también wagneriano catalán Pedrell. Incluso añade el primero que “Wagner compuso Parsifal inspirado por el Espíritu Santo”. Hay quien confunde las formas con el fondo y los deseos con la realidad. A Plácido Domingo, católico fervoroso, le sucede lo mismo según el DVD que hizo con Gergiev. Vemos lo que queremos ver. Bryan Magee desmiente rotundamente el supuesto cristianismo atribuido a Wagner. Afirma que si por utilizar elementos cristianos en la ópera, Wagner es cristiano, entonces era pagano germánico cuando compuso el Anillo. Para Magee, Parsifal, más que una obra religiosa, es una obra sobre la religión. Yo añado que responde a su tesis expuesta en Religión y Arte (1880) en el sentido de que corresponde al arte salvar lo esencial de la religión. El arte como religión es un concepto romántico que Wagner hace suyo sin que ello signifique que él, como artista sea creyente. Así empieza el ensayo wagneriano:
“Se podría decir que allí donde la religión se hace artificiosa, está reservado al arte el salvar el núcleo sustancial, penetrando los símbolos míticos – que ésta pretende que sean creídos como verdaderos en el sentido literal del término- según sus valores simbólicos, en los que reconoce, a través de su representación ideal, la verdad ideal que en ellos se esconde.”
No quiero profundizar en lo religioso, ya lo haré, lo que ahora me interesa el sexo y el amor. Tan solo decir que católicos practicantes no consideran esta obra cristiana sino más bien budista. Los elementos cristianos son puro atrezzo, incluyendo la eucaristía, que es una antieucaristía, una eucaristía invertida. Lo veremos. Hablando de amor, la primera muestra que aparece de ello es la compasión que Parsifal siente por el cisne que ha matado. La compasión es una forma de amor, es pasión con. El cristianismo no contempla la compasión hacia los animales, sino el budismo. Recuerdo que Wagner escribió un esbozo para un drama budista, Die Sieger (Los vencedores) que no desarrolló porque incluyó lo fundamental en Parsifal, como el tema de la reencarnación, budista y no cristiano. Sea como fuere es un tema complejo y no hay unanimidad.
Volvamos al sexo erótico. La hipótesis de homosexualidad la mantienen determinados estudiosos, pero yo creo que no se sostiene. No cabe duda de que el muchacho puro y casto que escribe Wagner en el libreto disfruta ante la visión de las bellas muchachas-flor aunque finalmente las rechace porque se siente abrumado. Sus palabras no son las de un homosexual. Incluso se muestra galante y seductor dentro de su pureza y castidad.
PARSIFAL ¡Hermosas jóvenes!¿No era forzoso luchar
si me impedían
llegar hasta vosotras? ¡Jamás había visto
tales encantos!
¿Miento si os llamo hermosas?
Aparece Kundry, que trata de seducirlo haciendo uso de la magia de la palabra “Parsifal” que le evoca a su madre y le deja confundido. Llega el beso y se produce la transformación. El beso no deja de tener un cierto componente incestuoso, ya que Kundry embauca al chico con alusiones a su madre y le hace creer que le da el beso de parte de ella. Un beso nada casto, entre maternal y de amor carnal. En el libreto se dice que es un beso “prolongado”.
KUNDRY “Quien un día la vida te concedió y vencer pudo locura y muerte hoy te trae de aquella madre el último don: ¡el primer beso de amor!”El beso lo lleva a referirse a Amfortas y su herida. El tonto, el loco ha adquirido la sabiduría al comprender el dolor de Amfortas y sentirlo como propio. La acción es paralela a la muerte del cisne y la compasión que siente por él. Ahora tiene una misión redimir al sufriente por compasión. Se trata de una forma de amor, pero de un amor casto, nada que nos sugiera homosexualidad; de hecho, el sentimiento compasivo de Parsifal aparece dirigido hacia un cisne, Amfortas y la misma Kundry, ya que se le ofrece para redimirla cuando se despide de ella. No es amor erótico, sino amor compasión, amor casto.
A Kundry: “¡Ya sabes donde podrás volver a encontrarme!”La separación de Kundry tiene un cierto paralelismo con la de Tannhäuser y Venus con la diferencia de que en este caso no ha habido goce erótico. Es un camino espiritual hacia la perfección. En este caso, el camino no es topográfico, como el que recorre Tannhäuser hacia Roma, sino interior, iniciático, simbólico en el que el espacio y el tiempo no son físicos. Los dominios del castillo de Grial no son accesibles de manera material, sino espiritual ya que pertenecen a lo mítico-simbólico. Algo así como un sueño.
Si nos fijamos bien Parsifal manifiesta amor, no un amor erótico, sino un amor hacia el que sufre, que esto es la compasión, la “pasión con”. Wagner no deja de ser el poeta del amor. Aquí un amor humano, pero no carnal, sino solidario o, quizá, espiritual.
Si hablamos del impulso erótico en Parsifal hemos de citar los casos de Amfortas y de Klingsor. Los caballeros del Grial han de mantenirse castos, es decir, han de renunciar a la satisfacción de un impulso natural que les impone su misma naturaleza – o la Voluntad si queremos citar a Schopenhauer. El rei sucumbe ante los encantos de Kundry, es herido en un costado, como Cristo, y cae en desgracia. Wagner bebe en fuentes cristianas que tienen como base leyendas celtas paganas. En ellas, la herida no es en el costado sino en los genitales, lo que no deja de ser sugerente. En el caso del mago – que tampoco es capaz de mantenerse casto ya que el impulso erótico lo domina – podemos decir que hace trampas, se autocastra, es decir, atenta contra la naturaleza – la suya propia – recordando el atentado original de Wotan y la cesión de su ojo. Es un tema interesante, ya que podemos considerar a Parsifal como la respuesta a los interrogantes del Anillo y establecer diversos paralelismos como el evidente entre Siegfried y Parsifal, ambos inicialmente ingenuos salvajes que todo lo desconocen y nada respetan.
Decía al principio que Wagner no tuvo problemas con la censura a pesar del contenido sexual de sus obras. Su contemporáneo Verdi sí los tuvo, y muchos, sin tantas referencias explícitas al sexo. En algún caso fue por este motivo y, en otros, por cuestiones políticas. Pero eso sería materia para otro artículo.
Dejo como complemento unos fragmentos de los filosóficos Himnos a la noche de Novalis. Según Thomas Mann, Parsifal debe mucho más a estos poemas que a las teorías de Schopenhauer.
Leyéndolos, surge en la cabeza la música del “festival sacro escénico”. Da la impresión de que sea el mismo Wagner el autor, sin embargo, fueron escritos antes de que él naciera. Su autor se encuadra en el primer romanticismo y, a diferencia de los filósofos que Wagner admiró, era cristiano. Obsérvese las numerosas alusiones al día y la noche y lo que simbolizan.
Himnos a la noche (selección)
¿Tiene que volver siempre la mañana? ¿No acabará jamás el poder de la Tierra? Siniestra agitación devora las alas de la Noche que llega. ¿No va a arder jamás para siempre la víctima secreta del Amor? Los días de la Luz están contados; pero fuera del tiempo y del espacio está el imperio de la Noche. – El Sueño dura eternamente. Sagrado Sueño.– No escatimes la felicidad a los que en esta jornada terrena se han consagrado a la Noche. Solamente los locos te desconocen, y no saben del Sueño, de esta sombra que tu, compasiva, en aquel crepúsculo de la verdadera Noche arrojas sobre nosotros. Ellos no te sienten en las doradas aguas de las uvas, en el maravilloso aceite del almendro y en el pardo jugo de la adormidera. Ellos no saben que tú eres la que envuelves los pechos de la tierna muchacha y conviertes su seno en un cielo, ellos ni barruntan siquiera que tú, viniendo de antiguas historias, sales a nuestro encuentro abriéndonos el Cielo y trayendo la llave de las moradas de los bienaventurados, de los silenciosos mensajeros de infinitos misterios. Ahora sé cuándo será la última mañana – cuándo la Luz dejará de ahuyentar la Noche y el Amor– cuándo el sueño será eterno y será solamente Una Visión inagotable, un Sueño. Celeste cansancio siento en mí: larga y fatigosa fue mi peregrinación al Santo Sepulcro, pesada, la cruz. La ola cristalina, al sentido ordinario imperceptible, brota en el obscuro seno de la colina, a sus pies rompe la terrestre corriente, quien ha gustado de ella, quien ha estado en el monte que separa los dos reinos y ha mirado al otro lado, al mundo nuevo, a la morada de la Noche – en verdad–, éste ya no regresa a la agitación del mundo, al país en el que anida la Luz en eterna inquietud. ¿Qué mortal dotado de sensibilidad no amará, entre tantas manifestaciones prodigiosas del ámbito en torno suyo, la luz placentera con sus rayos y ondas, sus colores, su suave omnipresencia en el día? Como la más íntima substancia de la vida alienta por ella el mundo inmenso de las constelaciones sin reposo flotando en su mar azul, por ella alienta la piedra fúlgida, la planta silenciosa, y la fuerza, en continuo movimiento y en multitud de formas modelada, de los animales; por ella alientan nubes y aires multicolores y sobre todo esos extraños sin par de mirada sensual, de paso elástico y labios sonoros. Como rey telúrico cada impulso la conjura en innumerables mutaciones y con sólo su presencia se manifiesta la grandeza de su imperio terrenal. Me dirijo hacia abajo, a la Noche misteriosa, sagrada e inefable; en lontananza yace el mundo como encimado en una profunda fosa, ¡cuán yermo y solitario está su emplazamiento! Honda melancolía vibra en las cuerdas del pecho; lejanías del recuerdo, deseos de juventud, sueños de la niñez, alegrías fugaces de toda una vida y vanas esperanzas se presentan en vestiduras grises como niebla vespertina después de ponerse el Sol. En lontananza yace el mundo con sus goces múltiples. En otros espacios tendió la luz su toldo festivo. ¿No tornará jamás a sus fieles hijos, a sus jardines, a su morada suntuosa? Pero, ¿qué brota tan fresco y delicioso, tan lleno de presentimientos en pos del corazón y se traga auras de melancolía? ¿Tienes también tú, oh fuerza tenebrosa, corazón humano? ¿Qué ocultas bajo tu manto que tan invisible y poderosamente me penetra el alma? Sólo en apariencia eres horrible; bálsamo delicioso gotea de tu mano, del hato de amapolas. en dulce embriaguez abre las pesadas alas del ánimo. Y nos ofrendas alegrías obscuras e indecibles, misteriosas, como tú misma, alegrías que nos dejan entrever un paraíso. ¡Cuán pobre y pueril se me antoja la luz con sus múltiples elementos, cuán alegre y bendito el adiós a la tarde! Y sólo porque la Noche te aparte de los siervos, sembraste en los confines del espacio esferas luminosas para anunciar tu omnipotencia, y retorno, en tiempos de tu alejamiento. Más sublime que aquellas estrellas rutilantes en ese mismo ámbito nos parecen los ojos inmensos que la Noche abrió en nosotros. Miran más allá que los más pálidos de aquellos incontables ejércitos; innecesitados de luz, traspasan las profundidades de un alma enamorada, llenando un espacio superior de voluptuosidad indescriptible. Dádiva de la reina del universo, de la gran profetisa de un mundo sagrado, de la guarda de un amor bienaventurado. Amada, llegas – la Noche ha venido ya– se ha consumado el día, mi alma está enajenada, y tú eres otra vez mía. Estoy mirándote en esos profundos ojos negros, no veo otra cosa que amor y dicha. Nos hundimos en el altar de la Noche, en el tálamo mullido caen los ropajes; y encendidos por la cálida tensión, se alza el fuego puro de una dulce inmolación.
Señalo algunos puntos con los que discrepo en distinto grado:
– No creo que pueda afirmarse que “el sexo el pecado para las doctrinas judeo-cristianas”. Dejando de lado la erótica explícita dimanante del Cantar de los Cantares, Jaime Arias en su libro “La Biblia y sus secretos” (Punto de Lectura, Santillana), en el capítulo 5 http://www.puntodelectura.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/200706/primeras-paginas-biblia-sus-secretos.pdf “El libro erótico” afirma “Eso explica que para los judíos, el sexo fuera algo positivo y digno de vivirse con fellicidad, mientras que para los cristianos, por tratarse de una función corporal, la atitud adecuada consistiera en reprimirlo”. Con todo, tampoco estoy totalmente de acuerdo con la última parte de esta afirmación que habría de leerse contextualizada en la totalidad del capítulo. Creo (no me atrevería a afirmarlo) que fue Rosa Sala quien en su discutible libro “El misterioso caso alemán” argumentaba que el luteranismo veía la sexualidad con buenos ojos siempre que se practicase dentro de la institución matrimonial. En cuanto al catolicismo ha habido una doble moral (también en otras religiones) entre lo que se predica y lo que se hacía realmente. Muchos cardenales del renacimiento coleccionaban obras de arte indiscutiblemente eróticas y las prédicas puritanas realizadas desde los púlpitos y en las escuelas han contrastado con una cierta e inevitable tolerancia de facto.
– Creo que Parsifal es tan homosexual, heterosexual y/o bisexual como puedan serlo Fafner, Hagen o el propio Gurnemanz. Se me antoja algo hilarante. Tampoco creo que Wagner fuera para nada homosexual ni mucho menos que tuviera devaneos con el pobre Ludwig. Ahora bien, no sé hasta qué punto seria consciente de las inclinaciones del joven rey y hasta qué punto y dentro de unos ciertos límites, no le daría cuerda.
– Creo que Parsifal es un drama cristiano, si bien no exclusivamente y entre otras muchas cosas (budista, induísta, schopenhaueriano, indoeuropeo…). Cuando digo cristiano, me refiero en un sentido cultural y antropológico, en absoluto un acto religioso, a pesar de llamarse “Festival Sacro” ni mucho menos inspirado por el Espíritu Santo ni otro miembro de la Trinidad, por supuesto, ni que tampoco haya de tomarse como un auto sacramental. Y sí que creo que “El Anillo” sí que es un drama pagano, si bien tampoco en un sentido teológico.
1) Gràcies, Eulogi, per participar. Sempre és un plaer llegir els teus comentaris. M’ha paregut molt interessant el llibre que cites sobre la Bíblia. Procuraré llegir-lo. M’interessa molt el tema de la religió no pas com a creient o religiós, que no ho sóc, sinó com a fenomen cultural de vital importància ja que maraca la societat i els seus valors. El de Rosa Sala no m’interessa gens. Vaig tindre oportunitat d’intercanviar punts de vista amb ella en un altre bloc a propòsit del seu “tractament” sobre Wagner i el seu antisemitisme i la vaig trobar parcial, amb una enemistat manifesta i falta de coneixement palmaris de la figura i obra del compositor que m’ha fet fugir de qualsevol intent de llegir res seu. La portada del llibre sobre “Das Judenthum in der Musik” ja és ben explícita. Una creu gammada que brolla d’una partitura wagneriana. Pura carnassa.
Jo crec que és evident la consideració pecaminosa del sexe en el cristianisme i el seu antecessor el judaisme. “EL Càntic dels càntics”, atribuït al rei David va tenir problemes de “censura” en el sentit que sempre no va formar part dels escrits que formen la Bíblia. La raó és òbvia. És poesia eròtica. Finalment hi va ser inclòs. Va adduir-se que realment era poesia mística que adoptava la fórmula eròtica per a explicar el fenomens inefable de la unió de l’ànima amb Déu. Així va ser interpretat per místics com ara Ramon Llull, Teresa de Jesús i Juan de la Cruz. Tots tres escriuen poemes i d’altres textos basats en el “Càntic”. Teresa de Jesús va tenir problemes amb la Inquisició, possiblement per ser dona. No va agradar que per a expressar el goig espiritual de la unió de l’ànima amb Déu es fera servir l’al·legoria entre dos amants. Juan de la cruz explicava en prosa els seus poemes místics inspirats com el els casos anteriors en el “Cantic dels càntics” de la Bíblia. Feus relació a los “movimientos torpes” que el seu cos experimentava quan estava en ple trànsit místic. Aquest “movimientos torpes” eren de caràcter sexual i podien arribar a l’orgasme. Quan això li passa a un sacerdot no pot oficiar la missa. És pecat.
La pecaminosament del sexe la trobem en les religions esmentades i les monoteistes en general. Els grec o els Hindús no tenien cap problema per a representar el cos nu, fins i tot en actitud eròtica i explícitament pornogràfica. Podem comprovar-ho en l’art dels antics grecs, en l’hinduista o el budista. Les religions politeistes consideren el sexe quelcom sagrat. Adam i Eva, una volta han pecat, senten vergonya per estar nus. Els quadres cristians no poden mostrar la figura nua. Fins i tot en casos con els d’Adam i Eva és obligatori pintar una fulla de parra ocultant les “vergonyes”. Solament es permeten escenes de nus, eròtiques o pornogràfiques associades al l’Infern i el dolor per haver pecat. Hi hagué un papa, el papa que va manar tapar les parts pudentes dels frescos de la capella Sixtina. La “Maja Desnuda” de Goya no podia exhibir-se. Va ser possible gràcies a la seua destinació, que era la Cort.
Entre els jueus, una dona que està menstruant es considerada “impura” i no pot menjar amb els homes en la mateixa taula. Els manam,ents fan referfència explícita al sexe com a pecat. “No cometerás actos impuros” m’ensenyaren de xicotet. Els mateixos manaments a la Bíblia encara són més explícits en allò que toca al sexe. Fins i tot es pagava amb la mor pecats sexuals com ara l’adulteri o la sodomia, tant entre jueus com cristians.
Actualment, la religió catòlica sembla que tota la doctrina la redueix al sexe, millor dit, a l’antisexe. El sexe solament és lícit dins del matrimoni i amb finalitat de procrear. El plaer sexual és (era) pecat per a la dona fins i tot en aquests casos i s’havia de confessar. També és pecat tot el que té a veure amb la “moral” sexual. De vegades amb conseqüències legals: adulteri, masturbació, homosexualitat, avortament, divorci, ús d’anticonceptius… En l’Islam, perquè el fenomen afecta totes les religions monoteistes es practica l’ablació per evitar que la dona puga tenir plaer sexual.
El cristianisme sempre ha condemnat el que té a veure amb el plaer, especialment sexual, i obliga al celibat als religiosos, causa de problemes entre el col.lectiu que en determinats casos acaba en la pederàstia. No es pot prohibir el que és natural.
Blasco Ibáñez conta en “La vuelta al mundo de un novelista” que van visitar un temple a l’Índia. Com que contenia escenes explicites de sexe, no es va permetre que les dones el visitaren.
Definitivament, les religions monoteistes són contràries al plaer sexual i pecaminosament el sexe. L’origen, que és el judaisme, va referència a lapidacions de dones adúlteres i de destrucció dels “sodomites”. No deixa de cridar l’atenció que el Paradís dels musulmans siga per a homes gaudint de verges al seu servei. I les dones? No són res. La discriminació en raó de sexe es dona en les tres religions. També és cert que hi ha molta hipocresia: els papes del renaixement tenien fills bastards i pocs catòlic fan cas de la moral dictada pel clero.
2) Jo tampoc crec que ni Parsifal fora homosexual o que Wagner i Ludwig tinguera eixe tipus de relació. Qui sí que ho era és Ludwig, i va patir molt per això. Catòlic i ultraconservador, pensava que estava en pecat mortal– com el seu sacerdot li recordava contínuament – Està demostrat que va tenir diversos amants. Wagner va morir atret pel sexe femení. D’això no hi ha dubte. El que sí que està clar és que en Parsifal es predica la castedat i qui fa ús dels sexe peca i rep el seu castic com li va passar a Amfortas. Tampoc hem d’oblidar-nos del cas oposat, el de l’autocastració de Klingsor, que peca contra la natura en el seu cos.
Parsifal és una obra complexa. Com vaig dir, per a Wagner el redentor és el ser humà complet entés com la unió d’un home i d’una dona, de Sigfried i de Brünnhilde en les seues paraules. Això succeeix simbòlicament en Parsifal, on es donen cita la llança (principi masculí) i el Grial (principi femení).
Wagner era conscient que “el seu Parsifal” (en paraules seues) era homosexual i que estava enamorat d’ell, cosa que li vingué molt bé per traure’n profit per millorar el seu estatus i finançar els seus projectes artístics.
3) Jo estic amb els que pensen que Parsifal no és un drama cristià. Hi apareixen elements cristians com també budistes i d’altres procedències. Està el tema de l’eucaristia invertida, etc. Hem de pensar que Wagner va considerar l’opció de situar el drama a l’Índia i que l’esbós budista “Die Sieger” no va desenvolupar-lo perquè el considerava inclòs en ell. Tampoc crec que siga un drama religiós, sinó sobre la religió. Tot està relacionat amb la relació religió-art. Si adopta una apariència cristiana és perquè Wagner era conscient que els alemanys preferien obres cristianes a les paganes. Així ho va escriure. Estic convençut que Wagner haguera preferit donar-li a l’obra una apariència budista, però era conscient que el públic alemany comprendria més l’apariència cristiana que no pas la budista. La influència de Schopenhauer i Gobineau anaven per aquest camí. Gobineau no pot ser reduït a un racista recalcitrant; expressava el que els europeus creien majoritàriament en aquella època sobre les races. També era un erudits en temes orientals que aleshores arribaven a Europa. Wagner estava molt interessat en la literatura hindú antiga com ara el Mahabarata, que llegia amb fruïció. Quan Wagner composava Parsifal llegia a diari Gobineau i literatura hindú. El treball li va ocupar un quart de segle, com Der Ring. En carta a Mathilde Wesendonk, diu que per a saber la seua religió s’havia de llegir Usinar, un episodi de la epopeia hindú citada abans. Es tracta d’un text hinduista, no cristià. Jo crec, com va dir algú, que els elements cristians eren pur atrezzo. La reencarnació no forma part del cristianisme – encara que va haver-hi alguna secta cristiana que hi creia segles abans – i Kundry és el fruit de nombroses reencarnacions. Tampoc no podem oblidar el substrat pagà-celta que subjau a Parsifal. Estic amb Magee quan diu que no és un drama religiós sinó sobre la religió. Jo diria que es tracta de l’art com a religió.
Però clar, tot és discutible i intercanviant parers ens enriquim. Moltes gràcies per la teu aportació.
Regí.