Hasta hace poco tan solo disponíamos de la edición de este libro en inglés, Aspects of Wagner, de B. Magee, divulgador de temas filosóficos muy citado en medios anglosajones por sus libros sobre Wagner. Con motivo del bicentenario del nacimiento de Wagner ha salido al mercado una edición corregida y aumentada veinte años después. Afortunadamente, la sido traducida al castellano. Magee tiene una excelente reputación en los temas filosóficos que atañen a Wagner aunque desde determinadas posturas del más rancio wagnerismo filonazi se le desdeña por motivos ideológicos. Hay quien no puede aceptar que Magee cuestione el supuesto cristianismo de Parsifal o mantenga el posible conocimiento de Wagner de la obra de Marx.
El profesor Magee fue diputado por el Partido Laborista, perteneciendo al ala más izquierdista, hasta que abandonó el partido para fundar el Partido Social-Demócrata. Actualmente, está retirado por motivos de edad. Tiene 84 años. Durante años trabajó para la BBC en programas de divulgación filosófica.
A continuación podemos leer la reseña que Roger Salas escribiera para El País. Se trata de un libro breve, pero muy ilustrativo y completo que puede servir como prólogo a otro libro del autor: “Wagner y la filosofía.”, más voluminoso y también en castellano, aunque se trae de escritos independientes. Me gustaría destacar la singularidad de Wagner. Libros como este dedicados a su faceta no musical no los encontraremos en la inmensa mayoría de compositores. Wagner es mucho más que un músico. Muy interesante la crítica de Magee hacia los directores de escena actuales y sus disparates aplaudidos por un sector del público que confunde la modernidad con la estupidez.
Más información AQUÍ:
Aspectos de Wagner. Bryan Magee. Acantilado. 128 pp.
C O N T E N I D O
Prefacio a la edición revisada y ampliada 1-La teoría de la ópera de Wagner 2-Judíos: no menos en la música 3-El culto a Wagner 4-La influencia de Wagner 5-La interpretación de Wagner 6-Wagner como músicaAQUÍ podemos acceder a la lectura de las primeras páginas del capítulo: La teoría de la ópera de Wagner.
Comienza la reseña:
“La defensa militante corre pareja con el desprecio militante”, argumenta Bryan Magee (Londres, 1930) en su libro Aspectos de Wagner (Traducción de Francisco López Martín. Acantilado. Barcelona, 2013), tratando a esa animadversión que Wagner puede despertar lo mismo que en otros la adoración fanática. La primera edición de Aspectos de Wagner es de 1968; la edición revisada que inspira esta cuidada traducción al castellano es de 20 años después: 1988. En todo este tiempo, este libro no ha dejado indiferente a nadie y, a pesar del estigma de un sector purista, la balanza de los elogios es claramente favorable. La frase, muy británica, de la reseña del Times Literary Supplement lo resume: “Excelente y llamativo por dos virtudes de las que carecía Wagner: la brevedad y la lucidez”.
Estamos frente a un libro de ideas novedosas al alcance no solo de la musicología erudita sino del lector o melómano interesado en el universo wagneriano, un sistema que parece no tener fecha de caducidad y cuya influencia en las artes y la literatura, es desgranado con síntesis y claridad admirables por Magee. El autor parte de una premisa tan real como de difícil encaje: “Personas que desconocen las teorías de Wagner las describen constantemente como sinsentidos”. Y es verdad. Muy pocos se adentran en la a veces farragosa prosa del compositor de Leipzig. Explica Magee que Wagner “escribe como un autodidacta, con expresiones floridas, un vocabulario pensado para impresionar, abstracciones innecesarias y estructuras gramaticales rebuscadas”.
Por encima de todo eso, está el monumento de su música, donde nunca pasa lo que con su prosa “improvisada, esa verborrea carente de reflexión o disciplina; de que, cuando se embarcaba en una frase, no tenía ni idea de cómo iba a terminarla”. Wagner era extrañamente consciente de su creación musical.
Es fascinante palpar la presencia wagneriana de Elliot a Joyce, de Proust a los simbolistas. El análisis de Magee dibuja el panorama donde se cultivó y forjó la personalidad del joven Wagner y el valor que concedía a las palabras y al verso. Dice Magee: “Escuchar la música de Wagner simplemente como música, sin relación con las palabras o el drama, es perderse todo eso. Es abstraer la música de un medio de expresión mucho más amplio pero único (verbal-musical-dramático) en el que no lo es todo. La música es tan buena que es fácil hacerlo y disfrutarla perdiendo de vista lo que uno se pierde”.
Esta alerta pone en la senda teórica de Magee, como analiza que, de haber una teoría primordial en Wagner, está nutrida de innumerables fuentes y teorías subordinadas; por ejemplo, Wagner habla de Beethoven con “perspicacia asombrosa”,pero es verdad que sus críticas a la estructura de la ópera tradicional (y especialmente a la ópera italiana) aunque en su momento son claramente interesadas, tienen un valor perdurable.
Wagner poseía una intuición fuera de serie y Magee lo realza, con su ya temprana posición ante el mito y su importancia psíquica. En esto aventajó a la psicología y a la antropología, y como dice Magee, advirtió medio siglo antes que Freud acerca de Edipo.
En la primera parte, Magee incide en un tema que muchos de los biógrafos de Wagner, anteriores y posteriores a la primera edición de este libro, solapan o tratan poco: su juventud como “activo revolucionario”, y apunta que, esas obras teóricas wagnerianas están casi todas escritas en 12 años de exilio y tienen una notable influencia, muchos ecos, “tanto de las ideas como de la fraseología, de los escritos de Karl Marx, incluido El Manifiesto Comunista, que acababa de aparecer en 1848”. Es cierto que no es posible demostrar que Wagner leyera a Marx, pero Magee está convencido de ello, entre otras cosas, por su olfato despierto y su interés por todo lo nuevo.
La cercana camaradería juvenil con Mijaíl Bakunin sí es historia. Tras tocar el asunto de los judíos y el antisemitismo de Wagner (capítulo 2:‘Judíos: No menos en la música’), en cuanto al culto al compositor y a su capacidad de influencias, los capítulos 3 y 4 de este libro son los más importantes. Fuera de toda duda sobre su síntesis y erudición, lo más significativo son las perspectivas que abre. Magee cita el diccionario Grove: “La músicade Wagner está sometida a más prejuiciosque la de casi cualquier otro compositor”. A partir de aquí se afana en explicarlo.
Es fascinante palpar la presencia wagneriana de Elliot a Joyce, de Proust a los simbolistas. W. H. Auden escribió que Wagner fue “tal vez el mayor genio que ha existido”. Magee se sitúa en la diana, en el momento de enfrentar “al fenómeno Wagner” liberado de prejuicios y aportando una evolución crítica de “su influencia en la cultura de nuestro tiempo”.
Finaliza el libro con una severa y premonitoria advertencia a los directores de escena. Con elegancia, Bryan Magee los pone en su justo sitio, los baja de un inexplicado pedestal al que fueron ascendidos en las dos décadas posteriores a la redacción de la primera edición de su texto sobre Wagner, con lo que su apreciación tiene así un valor añadido por todo lo que vendría después.
(Roger Salas. Babelia, El País, Especial “Wagner eterno”, 9 abril 2013.)
Notas de prensa:
“¿Por qué Wagner ha provocado siempre sentimientos tan intensos y apasionados? Descrito por W. H. Auden como «tal vez el mayor genio que haya existido nunca», sigue inspirando mayores elogios y reproches que cualquier otro compositor. En este penetrante análisis de la obra de Wagner, Bryan Magee examina su música y sus detalladas indicaciones escénicas, junto con los ensayos en los que formuló sus ideas. Subraya el alcance y el calado asombrosos de la influencia de Wagner en la cultura de nuestro tiempo y muestra sus profundos efectos en músicos, poetas, novelistas, pintores, filósofos y políticos.”
(Acantilado)
“Una vez se abre no se quiere cerrar. La de Bryan Magee es una lúcida y bien documentada aproximación al compositor que no elude las zonas espinosas de su biografía y pensamiento. Estamos frente a un libro de ideas novedosas al alcance no solo de la musicología erudita sino del lector o melómano interesado en el universo wagneriano”.
Roger Salas, El País
“Un pequeño clásico. Magee no solo ofrece las claves biográficas esenciales del maestro sino algo más peliagudo: una explicación racional y razonable de la turbulencia emocional que nos provoca su música. Toda una grata sorpresa en definitiva este libro que, pese a su aparente delicadeza, resulta mucho más que torrencial”.
Miguel Cano, El Mundo
“Una síntesis de lo más característico de la música de Wagner y de por qué ha influido tanto en artistas de todos los ámbitos: por ejemplo, a los escritores franceses de finales del XIX o, ya en el XX, a James Joyce o Thomas Mann o a nuestro Mariano Fortuny, admirador hasta el extremo de la obra del compositor, a quien dedicó inmortales escenografías de una espectacular belleza”.
Toni Montesinos, La Razón
“El libro de Magee es bueno porque aunque los temas más vidriosos solo se esbocen, están presentes. Permite que el lector pueda situar a Wagner, su mitología y su mistificación en un paisaje crítico, complejo y dialéctico”.
Jordi Llovet, El País
“Pensar en resumir a Wagner en pocas páginas parece no ya una temeridad, sino una absoluta locura. Bendita locura, pues, la de Bryan Magee, cuyo Aspectos de Wagner concentra en poco más de cien páginas lo inimaginable, con un estilo denso aunque siempre claro. Una referencia ineludible para el lector”.
ABC
“La mejor introducción breve que existe sobre el compositor. Bryan Magee le retrata en facetas tan poco conocidas como la de escritor y teórico, y examina su vastísima influencia, no sólo sobre músicos (Bruckner, Debussy) sino sobre novelistas (Joyce, Mann) y poetas (Baudelaire)”.
La Vanguardia
“Un libro de referencia. Conciso y claro. Magee aborda seis aspectos definitorios de la obra del compositor y de su pervivencia en el tiempo. Fundamental ensayo”.
El Periódico
“Un libro esclarecedor. Thomas Mann lo idolatraba. Para Luis II de Baviera era un espíritu divino. Zola y Bernard Shaw concibieron algunas sus novelas siguiendo el modelo de las estructuras de las óperas de Wagner. Para Baudelaire Wagner era su máxima pasión. Simbolistas y expresionistas le rindieron su admiración. La poesía de WH. Auden, Eliot o Gerard de Nerval están llenas de alusiones a la obra de Wagner. Marcel Proust tituló el segundo volumen de En busca del tiempo perdido en honor de las muchachas en flor del segundo acto de Parsifal. El escritor y pacifista Romain Rolland admiraba sus óperas y Oscar Wilde convirtió a Dorian Gray en un adicto a Tanhauser, en quien veía la representación de su propia tragedia”.
Francisco R. Pastoriza, Faro de Vigo
“Brillante ensayo. Un libro donde aborda aspectos de la vida y del arte del compositor que interesan a un lector amante de la música. Terminada la lectura, imposible de detener una vez iniciada, conoces a Wagner. Te has adentrado en su mente y admiras su capacidad y su esfuerzo creativos. Necesitas oír su música y enseguida te invade la sensación de escucharla por primera vez”.
Ignacio Carrión, Le Monde diplomatique
“Bryan Magee, que es un amante de Wagner, realza la figura del compositor de Leipzig que comparte grandeza con Mozart y Beethoven. No sólo esto. Además el musicólogo inglés defiende que gracias a Wagner se revivificó el mito, introducido por las leyendas contenidas en las sagas nórdicas, y, sigue afirmando Magee, ofreció explicaciones de fenómenos que nadie más había observado; nunca antes, ningún compositor había despertado el culto hacia su obra y mucho menos hacia su persona. Sus análisis han conseguido atraer el interés de músicos y melómanos durante décadas a pesar de los prejuicios que aun hoy giran en torno a la figura de Wagner”.
Marçal Borotau, Sonograma Magazine
“Un ensayo incisivo e imprescindible para adentrarse en la complejidad estética y vital del compositor de Tannhauser. Este librito ofrece una visión global acerca de problemas muy espinosos y funciona como una suerte de cicerone y de faro para navegantes. Brillante es su análisis de la densidad emocional de la ópera wagneriana. Muy sugerente es también su estudio de la influencia de Wagner en el arte, la literatura y, por supuesto, la música. Lo que queda de esta lectura (una lectura que, gracias a la fluidez y claridad del texto, mantiene el interés hasta la última página) es sobre todo una invitación: a leer, a descubrir y a seguir escuchando y pensando a Wagner”.
Carlos Primo, Koult.es
“Un libro ameno en la lectura y sumamente didáctico. Una referencia editorial muy accesible para introducir a todo lector neófito en el arte y pensamiento wagnerianos, o para aquel ferviente wagneriano que desee profundizar en ellos”.
Germán García Tomás, Doce Notas
“El lector interesado –seguidor del músico o no-, encontrará una guía ideal para captar las ideas principales que desvelan su trascendencia artístico-cultural, el esclarecimiento del pensamiento esencial wagneriano a través de la gestación de sus novedosas teorías sobre la ópera”.
Daniel Casado Miguélez, Audio Clásica
“Para quienes aman la música clásica, la traducción al castellano de Aspectos de Wagner es un motivo de gratitud y de júbilo. No hace falta ser un entendido. Incluso los que nunca se hayan acercado a Wagner, encontrarán en él un buen acicate para la sugerente tarea de discutir con sus propios prejuicios. La mayor virtud del libro de Magee reside en los matices. Y lo que más llama la atención son su brevedad y su lucidez. A ellas habría que añadir esa claridad expositiva, traspasada por una ironía casi imperceptible, que dota a los ensayos de ciertos autores británicos de una capacidad inimitable de trasmitir el conocimiento con ecuanimidad y alegría”.
Coradino Vega, Estado Crítico