Además de wagneriano, soy maestro. Me he sentido atraído por la problemática de los emigrantes, especialmente de los niños, aunque también he trabajado con adultos impartiendo castellano para extranjeros. Para niños de 10 a 12 años, preparé una versión de “Lohengrin” adaptada a sus características. Lo hice con entusiasmo y amor. Y la cosa funcionó, lo que me motivó para realizar la correspondiente representación teatral con los escasos medios de que disponía. Una gozada llena de nervios porque lo hicimos ante los padres. Valió la pena. Poco después, mi Elsa se fue a un lugar lejano, Ecuador, porque sus padres no encontraban trabajo en España. Nunca olvidaré a esa niña tan cariñosa y educada, tan pobre y tan digna. Que nunca necesite un Lohengrin salvador.
Me siento sanamente orgulloso de esta experiencia, y no creáis que soy ningún presumido; todo lo contrario. Es que fue así. El “éxito” de llevó a adaptar en inglés, catalán y castellano “Der Ring” y alguna cosa más, dependiendo de los niños que tuviera.
Para mí, ha sido un honor compartir estos trabajos con profesores de “fernem Lands” (tierras lejanas) y ser felicitado por algún padre o madre que se lo había bajado de Internet. Me ruboricé ante una madre de Madrid y un padre de Ibiza que les habían leído mis “cuentos” a sus hijos. A quien esté leyendo esto, le animo a que lo haga. Estará mejor o peor hecho, pero con un amor desbordante que me gustaría se notara.
En diferentes entregas, copiaré la adaptación y añadiré las actividades didácticas de comprensión lectora, vocabulario, expresión escrita y gramática. Espero que os sea de utilidad si tenéis hijos pequeños u os dedicáis a la enseñanza. Yo he pasado un buen rato dándole a la tecla mientras tenía de fondo la música de la ópera. Tampoco está de más ponerles a los chicos algún fragmento selecciondo de la música, sin abusar, para que sus oídos se vayan acostumbrando a una de las maravillas que solo un genio como Wagner podía dejarnos.
Regí.
LOHENGRIN, EL CABALLERO DEL CISNE.
I. El juicio de Dios.
En la Edad Media, época de castillos, damas y caballeros, tiene lugar la historia que os voy a contar. Prestad atención los que me oís y aprended la lección porque a todos nos puede pasar como a los protagonistas si no estamos atentos y sabemos distinguir el bien del mal, la verdad de la mentira y la amistad de la traición. Atentos, pues, atentos, que ya suenan las fanfarrias llamando la presencia de acusadores, defensores y acusados…
En Brabante, junto a la desembocadura del río Escalda en los confines occidentales del antiguo Imperio Germánico, Elsa es falsamente acusada de haber dado muerte a su pequeño hermano, heredero al ducado de Brabante. Su acusador es Telramund, uno de los nobles más importantes del lugar. Está casado con Ortrud, una misteriosa mujer aficionada en secreto a la brujería, que ejerce mala influencia en su marido y le aboca al mal.
– Yo, Telramund, acuso a Elsa de Brabante de haber asesinado a su hermano, el legítimo heredero al trono ducal ? dice en tono solemne y en voz alta el acusador ante los nobles y el pueblo en presencia del Rey.
El Rey había acudido al lugar para buscar apoyo militar. Las fronteras del este habían sido atravesadas por sus enemigos, que se dedicaban despiadadamente a atacar poblaciones indefensas y cometer todo tipo de desmanes a sus súbditos. Antes de partir a la lucha, tenía que solucionar el problema que se le presentaba en Brabante.
– Acusación muy grave es ésta. ¿Qué tienes que decir en tu defensa, Elsa? – preguntó el Rey.
Durante un instante, la bella doncella, guardó silencio. Estaba absorta en sus pensamientos con la mirada ajena a lo que sucedía y el pensamiento en otro lugar. Por fin contestó:
– Esta noche he tenido un extraño sueño. Un noble caballero, virtuoso, fuerte y hermoso acudía en mi defensa ataviado con una reluciente armadura sobre una embarcación conducida por un majestuoso cisne blanco. Él será mi defensor y probará mi inocencia.
La costumbre en estos tiempos remotos era realizar un “juicio de Dios”. El acusador debía demostrar la veracidad de sus palabras enfrentándose con las armas contra el defensor. Se suponía que el vencedor no sería el más fuerte o el más diestro con las armas, sino que Dios daría la victoria al más virtuoso, que era el que poseía la razón y decía la verdad.
Las trompetas tocaron fuerte para llamar al defensor. Nadie se presentó para defender a la desamparada doncella. De nuevo volvieron a tocar, esta vez más fuerte aún. El silencio fue la respuesta a la llamada. Elsa no desfallecía, estaba convencida de que su defensor acudiría.
Cuando todos creían que nadie aparecería, una música celestial anunció la llegada de un gallardo caballero con una reluciente armadura blanca que apareció en una embarcación de la que tiraba un hermoso cisne blanco. Todos se quedaron maravillados y atónicos ante tal visión.
El misterioso caballero del cisne desembarcó y se presentó ante la asamblea, saludó al Rey y se dirigió a Elsa, que ya estaba enamorada de él sin haberlo visto nunca más que en sueños.
– Bella y virtuosa doncella, acudo a tu llamada para defender tu honor y demostrar tu inocencia. Seré tu marido si me aceptas y me prometes que nunca en la vida me preguntarás ni mi nombre ni mi origen. Escucha bien lo que te digo, adorada Elsa, porque si me haces la pregunta prohibida me tendré que ir para siempre de tu lado y se me partirá el corazón. Dime, ¿me aceptas por esposo y prometes que nunca me harás la pregunta prohibida?
– Te lo prometo, valeroso caballero. Nada me haría más feliz que ser tu esposa puesto que ya hace tiempo que soy tuya ? respondió la enamorada doncella. ¡Lástima que la maldad pueda engañar a la inocencia y la mentira confundir a la verdad!
Empezó el torneo. Telramund, que era un diestro luchador y guerrero experto atacó primero, pero no pudo con nuestro misterioso héroe que, sin dificultad, lo derribó dejándolo a su merced. Cualquier otro le hubiera dado muerte al instante, pero no el caballero del cisne.
– Queda demostrado que este caballero ha mentido vilmente y que Elsa es inocente del terrible crimen del que se le acusa ? declaró el vencedor mientras sostenía amenazador la espada ante el falso acusador que yacía vergonzosamente sobre el polvo. ? Telramund, yo te perdono la vida. Dedícala a arrepentirte y a hacer el bien.
Como castigo, el rey ordenó a Telramund y su esposa Ortrud abandonar estas tierras y no volver jamás. ¡Qué odio mostraban las caras de los desterrados! Ya veréis lo que tienen planeado… La maldad no tiene límites.
Una idea maravillosa y emocionante, que un profesor sea wagneriano y decida familiarizar a sus críos con el universo creado por el genio de Leipzig. Cómo me gustaría que en los institutos se pudiera hacer algo parecido
Bienvenida, compañera. Deduzco que eres profesora de instituto. La verdad es que pude hacerlo porque tenía a mi cargo un grupo de apoyo reducido y el material didáctico lo seleccionaba o confeccionaba yo mismo. De todos modos, también he tenido “experiencias wagnerianas” de manera incidental con toda la clase. Soy profesor de lenguas y siempre que puedo introduzco algo diferente en mis clases para romper la monotonía. Así lo hice con Wagner trabajando el Ring en inglés cuando aún estaba el primer ciclo de la ESO en las escelas.
Un cordial saludo y ya te tengo fichada, que lo mío es Wagner y la enseñanza.
Regí
Hace unos años compré un cuento sobre Lohengrin con CD para mis hijos con unas ilustraciones más o menos bonitas. Les gustó durante una temporada. Según lo que recuerdo, creo que no es tu adaptación.
Hola.
Conozco la colección que dices. Recuerdo que incluía una Flauta Mágica que iba acompañada d unos dibujos preciosos, lo que es fundamental para los niños. Esa adaptación de Lohengrin que dices no era mía, por desgracia, que ja me gustaría a mí publicar algo. También, creo que fue Sony, sacó hace unos años unos disco-cuentos de ópera. Se trataba de un CD de extractos acompañado de un cuento. Estaba muy bien.
Saludos.
Retroenllaç: Lohengrin para niños (II) | El Cavaller del Cigne